La Pandemia que ha asolado al mundo entero y que tan fuertemente ha golpeado nuestras formas de movernos y relacionarnos, no será ocasión de frenar nuestra marcha sinodal, ni de dejar de escuchar al Espíritu Santo que nos guía, ni de agradecer al Padre por todos los gestos de ternura y compasión que ha tenido con nosotros en medio de la tribulación presente.Hay un caminar, en que hemos dado pasos, y que habremos de seguir haciéndolo durante este tiempo de crisis y discernimiento que viene experimentando nuestra Iglesia y nuestra sociedad durante los últimos años y que habrá de quedar plasmado como una hoja de ruta en nuestras siguientes Orientaciones Diocesanas de la Pastoral, acercándonos al Centenario de nuestra Diócesis, que celebraremos el 2025. 

En este marco se inscribe nuestro Sínodo: en los desafíos que la Evangelización en el tiempo presente y venidero propone a nuestras estructuras eclesiales, especialmente a las parroquias, por eso el gran tema que nos ocupará este y los siguientes Sínodos será: “La Parroquia al servicio de la Evangelización”

Sin embargo, no podemos dejar de prestar atención al signo urgente por el que estamos transitando y que nos está interpelando en el presente. Por eso el tema particular del Cuadragésimo Sínodo Diocesano 2020, será: “Pandemia y Post-Pandemia: Experiencias, Desafíos y Proyecciones”

Ante esta situación de dolor y muerte que estamos experimentando, el Señor una vez más se detiene delante nuestro, como lo hizo ante el hijo de la Viuda de Naím y nos vuelve a insistir con voz fuerte: “A ti te digo: levántate!” (Lc 7, 14). Éste será nuestro lema.

Procesos

Proponemos vivir un proceso, marcado por la modalidad virtual, asumida y aprendida en los últimos meses: 

Octubre: Etapa Parroquial 

Noviembre: Etapa Decanal

Diciembre: Etapa Diocesana  

Metodología

Proponemos también un método: el mismo en que el Santo Padre el Papa Francisco ha venido insistiendo durante todo su pontificado: el Método de Discernimiento: Reconocer, Interpretar, Elegir (RIE).

Así, octubre, en la primera etapa, el acento de nuestro trabajo estará puesto en el Reconocer, entrando en una actitud de escucha activa de las personas que conforman nuestras comunidades (parroquiales, de movimiento, de colegios) desde su realidad o actual contexto de crisis.

Noviembre, en la Etapa Decanal, y a partir de los insumos recibidos de las diversas comunidades, será el tiempo de Interpretar e identificar a la luz de la Palabra del Señor los signos de su Presencia amorosa en medio del dolor, y dejarnos interpelar por Él en una llamada a la Conversión.

Diciembre, si Dios lo permite, de manera presencial o semi presencial, será el momento de Elegir para nuestra realidad diocesana algunas líneas inspiradoras que sostengan, proyecten y den sentido a la acción evangelizadora para los próximos años.

Todo este caminar apuntará a que, en marzo o abril, cuando podamos celebrar nuestro Encuentro Diocesano de Agentes Pastorales (EDAP) lleguemos a acordar u definir acciones pastorales concretas y verificables que animen la evangelización de nuestra Iglesia en salida.

Los invitamos a sumarse con entusiasmo, con fe y con esperanza a este proceso, en donde el buen logro de cada etapa depende de la seriedad y el empeño que pongamos en el paso anterior. El Señor nos regala su vida abundante y nos quiere vivos, de pie y dispuestos salir a su encuentro, por eso no se cansa de repetirnos con la claridad que impone su amor: A ti te digo: ¡levántate!

Equipo Diocesano, XL Sínodo 2020

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