Nuevamente la lluvia y el frío se hizo sentir en la zona centro sur de nuestro País durante esta semana, todo esto hizo aflorar el miedo ante el recuerdo de lo vivido el año 2023 con la crecida de los ríos en las cuencas del Achibueno y el Ancoa en la Precordillera de Linares, ante lo cual en su primera respuesta Caritas Linares y personal del Obispado llegó para acompañar, contener y ayudar a las familias del sector de El Peñasco.
“Nos sentimos muy agradecidos por la presencia siempre oportuna y activa de Caritas, el Obispado y el Padre Bernardo, junto a ellos se fortalecen los vínculos entre nosotros mismos y crece la esperanza para afrontar estas y otras emergencias, no estamos solos” son las primeras palabras de la Sra. Laura Fuentealba, animadora de la Capilla El Peñasco, en la Precordillera de Linares, quien junto a su comunidad ya se han organizado para enfrentar estos días de otoño e invierno que se avecinan con pronósticos de abundante agua. Las primeras horas de lluvia ya han dejado estragos evidentes y sectores incomunicados, crecidas de los Ríos Achibueno y Ancoa y el temor que todo esto significa, además de 27 familias asiladas en la casa de familiares y vecinos, primera muestra de comunión, fraternidad y madurez de la comunidad cristiana.
Por su parte el equipo de Caritas Linares, siempre en contacto con las comunidades, al conocer la realidad que se estaba viviendo, en los sectores luego de la abundante lluvia, viajaron hasta la Capilla Nuestra Señora de la Paz en El Peñasco junto al P. Bernardo Venegas sdb, llegaron hasta el sector, con la calidez de un fuerte abrazo y algunos artículos de primera necesidad, entre los que destaca un generador que permitirá afrontar los reiterados cortes de luz, manteniendo al menos un poco la conectividad a través de los dispositivos móviles.
Los pronósticos meteorológicos indican que el invierno será abundante, por lo mismo la Sra. Laura, animadora de la Capilla El Peñasco, agrega: “agradecemos de todo corazón sentirnos apoyados, acompañados y escuchados por Caritas, quienes el año pasado también estuvieron con nosotros, en los duros momentos que pasamos cuando las lluvias fueron intensas. Agradecemos las llamadas telefónicas y que siempre se preocupen de qué nos falta. Especialmente este año que nos han traído los talleres de gestión comunitaria en reducción de riesgos y desastres, entregándonos más herramientas para prevenir las amenazas y consecuencias que podrían generar las posibles emergencias que muy bien conocemos.
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