La experiencia que hemos vivido como comunidad redentorista, con presencia en el decanato de Cauquenes, en esta pandemia tiene muchas aristas, de los cuales quisiéramos compartir algunos.

Un primer aspecto es el sentir preocupación por los demás. Somos una comunidad de cuatro personas, entre los cuales, dos son hermanos mayores, es decir en grupo de riesgo. Ser conscientes que cuidándome cuido también al otro, es volver a lo esencial de la vida en común. El tiempo de cuarentena preventiva nos ha ayudado a cuidarnos entre todos, no solo del virus mismo, sino también de nuestros estados de ánimo, que también se ven afectados.

Otro aspecto que hemos vivido es el sentimiento de no poder estar tan cerca de la gente como estamos acostumbrados. De poder celebrar con ellos la vida en todos sus matices, de ver ese ir y venir de personas por los templos o dependencias de las comunidades. Se nota esa necesidad, pero también ha sido interesante revalorar otros medios, como la radio san Alfonso, el Facebook parroquial y el Fanpage del Periódico Buena Nueva, donde podemos comunicarnos con las personas Cauquenes y de aquellos que viven más allá de la comuna.

Pero también ha sido un tiempo para poner la confianza en el Señor, de unirnos más en la oración y de reconocer que es Él el Señor de la historia. Como hombres de esperanza, este tiempo nos ha servido para ponernos siempre en las manos de Dios y también para animar a toda nuestra comunidad parroquial a no perder la alegría entre tantas preocupaciones que esta pandemia ha hecho surgir.

Ronald Flores Soto, párroco y superior de la comunidad redentorista. Cauquenes.

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